La profesión docente puede ser muy gratificante si consideramos nuestro trabajo con una dimensión de enseñanza-aprendizaje: reconocer que al mismo tiempo que enseñamos, podemos aprender.
Pero aprender como profesores no se hace de forma inespecífica, “por estar allí”, o por “ir al trabajo cada día”. Para aprender de los alumnos es necesario un plan premeditado para hacerlo, una actitud como profesores que lo haga posible. ¿Y cómo podemos aprender los profesores? Reflexionando sobre nuestro trabajo, modificando aunque sea en pequeña medida nuestra práctica y volviendo a reflexionar…