La igualdad de las lenguas
El famoso epigrama de Nicolás Fernández de Moratín nos muestra como en el siglo XVIII existían los mismos prejuicios sobre las lenguas que hoy en día son habituales. Tenemos una tendencia muy marcada a pensar que nuestra forma de hablar, nuestra lengua, es la más natural, fácil y accesible y que las demás formas de hablar o lenguas son menos naturales, son difíciles y son poco o muy poco accesibles. La razón de esta tendencia es clara: nos expresamos con soltura y sin esfuerzo aparente en nuestra lengua y, sin embargo, nos cuesta mucho trabajo y esfuerzo …