En nuestra escuela infantil más de la mitad de las familias son inmigrantes que proceden fundamentalmente de la República Dominicana y Colombia. Cuando comenzaron a llegar, inmediatamente nos surgió la necesidad de escucharles y saber sus costumbres. Dada la precariedad de sus situaciones personales, entablar una conversación de igual a igual resultaba difícil a veces pero, poco a poco y con el roce diario, lo fuimos consiguiendo. Admitimos la importancia de superar los prejuicios y descubrimos que actitudes y formas de actuar habituales para nosotras, en cambio, eran casi tabú para e…