Directora EOE Grado (Asturias)
El otro día mi amiga Montse me habló de Procusto y de cómo este hijo de Poseidón se obsesionó con la idea de crear un mundo a medida de los cánones helenos o, mejor dicho, de sus propios estándares.
El sádico posadero Procusto estaba convencido de que su cama representaba la medida ideal para todas las personas y, por ello, cuando los huéspedes dormían, entraba en sus habitaciones y comparaba los cuerpos con su lecho. Si eran más altos, les amputaba todo aquello que sobresaliera del armazón; y, si eran má…