En un aula de dos a tres años, la mamá de David parece tener dificultades para respetar el horario establecido, retrasándose en la entrada. La educadora se siente molesta y, aunque en varias ocasiones le ha llamado la atención, siempre parece tener una excusa para llegar tarde. Poco a poco se establece una rutina en la que, cuando el niño llega, una vez iniciada la actividad, su mamá lo deja con rapidez y su educadora lo recibe, haciendo algún comentario alusivo a la tardanza. David percibe en las acciones, miradas y tono de voz que algo no marcha bien entre ellas. En los otros grupo…
