No suele llevar dedicatoria un artículo y menos si trata sobre la enseñanza de las matemáticas. Pero me apetece dedicar éste a mi hija Ana Valvanera. Me sirvió muchas veces como “asesora” sobre lo que ocurría o podría ocurrir en las aulas y, al igual que con mis alumnas y alumnos, me temo que he podido ser muy pesado con ella. Incluso hoy ando preocupado. ¡¡Con lo mayor que es y todavía no ha leído Acompaño a la profesora de lengua y a mis tutorandos de 2º de ESO a un recital de poesía. Me siento entre ellos y ellas en la sala, y dejo que me vayan llegando vibraciones. Las sug…
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