Que “la evaluación debe estar inmersa en todo proceso de enseñanza/aprendizaje con frecuencia continua y carácter formativo” es algo que muchos profesionales que nos dedicamos a la formación inicial de profesores estamos acostumbrados a decir a nuestros estudiantes. Sin embargo, tal y como señala López (2004), es particularmente grave que los que nos dedicamos a la formación del profesorado seamos incapaces (salvo honrosas excepciones) de llevarlo a cabo en nuestra práctica cotidiana. Y todavía es más grave teniendo en cuenta que, como es sabido, el profesorado no tiende a hacer…
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