Oímos con frecuencia que el finalizado siglo XX ha sido el siglo del niño. Indudablemente, nunca hasta ahora los niños y las niñas han gozado del grado de bienestar que hemos alcanzado en nuestro entorno. Los avances científicos han permitido prevenir las peores enfermedades, curar otras, alimentar correctamente a los más pequeños, entender su desarrollo y tratar sus alteraciones. Por otro lado, disponemos de un marco ético y jurídico de protección para la infancia. Los derechos de los niños ya tienen un tratado universal: la Convención de los Derechos de la Infancia (Naciones U…