Había una vez un empresario que quería contratar un disyóquey para mejorar su sala. Se presentaron dos candidatos. El primero entró y puso música un rato; al acabar, el empresario le preguntó cómo iba la cosa. “No muy bien” -le contestó- “la gente es perezosa y no baila mucho”. El segundo candidato hizo lo mismo, y cuando el empresario le preguntó cómo iba, le respondió: “veo que la gente no baila mucho, tendré que cambiar de música”.En educación ocurre lo mismo: ¡cuando la cosa no funciona, tenemos que cambiar de música!Pienso que, de entrada, cualquier actividad obligada s…
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