Siempre es grato saber de maestros de fuera de la escuela que utilizan la ciudad como recurso educativo para cambiar la mirada de sus alumnos, del hacia abajo al hacia arriba.
Si añadimos la capacidad de estructurar con coherencia una actividad, con un esquema de contenido claro que permite saber que se está trabajando, la experiencia se convierte en contagiosa por su capacidad de ser repetida por los que, con admiración y ganas de haber podido vivirla, nos acercamos a su lectura.
La realidad objeto de estudio en la escuela demuestra que el tiempo es, en el arte, relativo. Un encuentro des…