La ceguera literaria de la enseñanza
Borges cita una aporía china en la que se pide a tres invidentes que describan un caballo. El que ha palpado la cola lo describe sedoso y delgado. El segundo, que ha tocado el vientre, lo imagina avacado y oval; y el tercero, que ha explorado el cráneo, se imagina una figura de enormes ollares calientes. Así se cumple nuestro conocimiento del mundo, mediante el tacto indirecto e impreciso de sus partes, sin que podamos vislumbrar el producto total de su geometría. Borges también enunció que si nos fuera dado ver el mundo en su totalidad, y no con l…
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