Cuando el curso pasado empezaba a oler a vacaciones y a centros de verano, a las madres representantes de primer curso de nuestra escuela se nos ocurrió que teníamos que llevar a cabo una de las tareas que el cargo comporta: ¡pensar en el regalo que haríamos a las maestras!
Los regalos que se han ido haciendo siempre han sido elaborados conjuntamente por toda la clase, de modo que hay que anticiparse un poco para que la sorpresa esté a punto el día clave.
Ese año nos propusimos hacer que trabajaran un poco más: ya eran mayores y merecía la pena aprovechar que escribían con más flui…