Padre, formador y maestro a partes desiguales
Llegas a tu escuela corriendo entre las prisas de la mañana, saludas a varias compañeras y aterrizas, por fin, en tu aula.
«¡Vaya! Alguien me ha desordenado la clase», piensas mientras tratas de ponerle una cara a la compañera que puede haber sido. Ordenas rápido medio molesta y abres la puerta.
—Buen día, Ainara, pasa.
—Buen día –dice su padre mientras su hija te sonríe.
Una interacción rápida y fácil. «De nuevo se les ha olvidado traer la botella y varias cosas más. En fin…», te dices a ti misma.
…